Buscando el lugar más alto
Marcada por la lluvia llego la tarde de este viernes de campaña. Grandes nubes dejaron caer su preciosa carga para refrescar el intenso calor del día y despertaron los recelos de quienes buscan cualquier pretexto para quedarse en casa. Los ruidos de tormenta les hicieron temer, más para los sedientos la lluvia era el anuncio de que Dios quería saciar la sed de sus hijos.
Cada gota de lluvia se transformó en un alma que acudía presurosa al encuentro con su Creador hasta llenar la Casa del Señor. El grupo devocional hizo sonar las trompetas convocándonos a postrarnos en el lugar más alto, a los pies de Cristo para provocar la presencia del Espíritu Santo en cada uno de los presentes y dejar correr los Ríos de Agua Viva desde nuestros corazones.
Así recibió la Iglesia “Manantial de Vida” el segundo día de esta Campaña Nacional por un Avance Pentecostal. La segunda planta, donde está ubicado el Templo, se nos hizo estrecha para recibir a todos los que llegaron bajo la lluvia y aún sobre las 8:30 pm continuaban llegando los que el Señor había de añadir a Su cosecha de almas.
Con los anuncios del PastorIrael Gonzálezrecibimos al matrimonio de los pastores Ángel López y Yurisan Verdeciade Güaimaro quienes llevaron el plato fuerte. Anunciando el fuego de Elías comenzó la predica llenando de expectativas a la congregación bajo la cita bíblica de Mateo 7:24-27 y el Salmo 91. La palabra de la noche hablo a la familia cristiana, a los fundamentos del hogar pero sobre todo de las moradas celestiales. La necesidad de reconocer nuestras carencias para recibir las bendiciones de Dios es el principio para comenzar a caminar hacia ese lugar especial que el Señor ha preparado para nosotros. “Porque es Cristo el lugar de favor que Dios nos da…” con estas palabras quedo listo el ambiente. Saberte miembro de la familia celestial es razón más que suficiente para que salgamos en pos del lugar alto donde morar junto al “… hermano mayor…” que es Cristo Jesús. Dejando claro que por estar en Cristo somos merecedores del favor de Dios.
La ministración desato el rio de bendiciones para los asistentes y nuevas almas fueron recibidas en la familia cristiana. Mientras afuera continuaba la lluvia dentro del templo se vivía una jornada de adoración donde se moraba “…al abrigo del Altisimo.” El altar fue tomado como escalón para acceder al lugar alto ahora guiados por la voz de la pastora Yurisan Verdecia mientras sus esposo imponía las manos a los enfermos presentes, uno a uno fueron pasando los hermanos hasta el altar para ser bendecidos y ministrados.
La invitación quedo hecha para la noche del sábado continuar en la busqueda del lugar más alto, allí, donde al humillarnos, Dios nos levanta.
Seguimos en Campaña.